Además de lo útil que puede ser como método de
defensa personal, el karate es una de las actividades más
completas, física y mental, a las que puedes apuntar
a tus hijos. Los niños y las niñas se divierten mientras aprenden disciplina,
tolerancia, respeto y fomentan su desarrollo óseo y muscular.
Al igual que en la práctica de cualquier otra actividad, se
recomienda que se acuda a clases de karate entre dos y tres veces por semana,
con una duración de una hora por sesión.
En cuanto a los beneficios de este arte marcial, pueden destacarse,
tanto a nivel físico como psíquico, los siguientes:
- Mejora la coordinación psicomotriz
- Desarrolla las destrezas, los
reflejos y las reacciones.
- Descarga energía.
- Enseña educación, disciplina y
respeto a todo el que nos rodea.
- Favorece el aumento de la
concentración.
- Ayuda al niño a conocerse más y
controlarse a sí mismo.
- Enseña
valores fundamentales como la tolerancia y la
responsabilidad.
- Genera
la confianza de los niños en sí mismos.
- Desarrolla
la fuerza, el equilibrio, la velocidad y la flexibilidad.
El color de los cinturones de karate
Al igual que en las otras artes marciales, el karate consta de una serie de niveles, denominados Kyus, que se diferencian a simple vista por el color de los cinturones que llevan los niños. Originalmente sólo se empleaban el color blanco y negro, utilizando el blanco los alumnos y el negro los profesores, pero ahora son más los colores empleados. Se empieza por el color blanco, pasa por el celeste, luego el amarillo, naranja, verde, morado, azúl, marrón para finalmente llegar al negro. Además, también existen niveles intermedios; por ejemplo, los niños más pequeños pueden pasar del blanco al cinturón blanco con linea celeste o amarilla antes de llegar al celeste, estando en la transición entre un color y otro.